Realicé el tratamiento virtual con la terapia Genética Regresiva debido a un diagnóstico médico de C.A de colon, con metástasis en el Hígado. Fueron 10 sesiones de terapia realizadas con una frecuencia mensual, de forma complementaria a las terapias de la medicina tradicional. Al día de hoy, un año después, estoy libre de células malignas; mi campo energético está fortalecido, al igual que mi sistema inmunológico, el tratamiento me ayudó también a sanar patrones y miedos que tenía desde mi infancia y a ganar fortaleza para la toma de decisiones en mi vida. Los cambios positivos en mí energía también se vieron reflejados en la relación entre todos los miembros de mi familia; ahora todo fluye con más armonía y equilibrio.

Después de haber realizado consultas con varios sicólogos para sanar mi fobia a las iguanas y lagartijas, me di cuenta que no era algo tan sencillo porque no tenía los resultados que esperaba, a pesar de los esfuerzos que hacía a nivel consciente. Por este motivo, realicé 3 sesiones con terapia genética regresiva y me di cuenta que debía sanar niveles más profundos que estaban en el inconsciente, como situaciones traumáticas de vidas pasadas que tenían relación estos reptiles y que también, se asociaban con episodios de tristeza y angustia. Estas sesiones no solo me ayudaron a sanar mi fobia con estos animales, con quienes hoy siento compasión y agradecimiento por lo que a través de ellos aprendí; sino también a sanar emociones densas que venían de mi infancia y a conectarme más con mi propia esencia. Hoy me siento más tranquila y confiada con la vida.

Sufría de crisis de ansiedad, dolores de cabeza frecuentes y un bloqueo en mi garganta que producía molestia y muy bajo nivel de salivación. Realicé tres sesiones de Terapia Genética Regresiva entre junio y julio de 2020. Hoy, hace 7 meses de haber terminado las sesiones, puedo decir con tranquilidad que ya no siento el bloqueo en mi garganta; los dolores de cabeza se han eliminado casi por completo y las crisis de ansiedad se redujeron en un 90% tanto en frecuencia como en intensidad. Además, la relación con mi padre y mi ex pareja han mejorado significativamente, haciendo que mis días sean más tranquilos y que pueda enfocarme en mi trabajo y en las cosas que disfruto del día a día.

Venía realizando tratamientos efectivos de psicología, terapias transpersonales, radiónica, que me habían ayudado a sanar heridas de la infancia. Pero hasta que comencé el tratamiento con la terapia genética regresiva, me di cuenta que tenía que trabajar mi inconsciente a un nivel más profundo, sanando plantillas genéticas de mi adn y karmas generacionales. Después de este proceso, mi vida ha cambiado de manera positiva: La relación conmigo misma fluye ahora de la mejor manera, la relación con mis ex parejas mejoró sustancialmente; sané un duelo que tenia pendiente y ahora vivo la relación con mi madre de una manera amorosa y compasiva. Hoy me siento más liviana, tranquila y segura de mi misma.

Busqué ayuda porque mi hijo estaba sufriendo problemas de ansiedad e irritabilidad desde hace unos años, recordaba mucho su pasado, era negativo y esto lo llevó a sufrir de adicción a estupefacientes, además de desarrollar un tic nervioso con las manos. Cuando inició el tratamiento, la dosis que tomaba de Quetiapina era de 50 mg y se fumaba 1 cajetilla de cigarrillos al día. Después de tres sesiones, suspendió completamente la Quetiapina y las drogas y ahora solo se esta fumando un cigarrillo cada noche. En conclusión, después de tres sesiones con TGR, mi hijo ya no habla del pasado, se ve más tranquilo y centrado, se decidió a trabajar por su cuenta y no ha tenido la necesidad de buscar llenar el vacío con drogas o con medicamentos.

Decidí realizar el proceso con TGR porque estaba pasando un momento difícil de cierre de ciclo. Había dejado de comer, tenía dolor de espalda y no sentía ganas de hacer nada. Después de la primera sesión, sentí más energía en mi cuerpo, la tristeza era cada vez menos y el apetito se fue regulando. Hoy, después de tres sesiones y 3 meses de haberlas terminado, las emociones de tristeza y desgano se fueron, no siento rabia ni nostalgia por el pasado y estoy disfrutando la vida de una manera más tranquila, sin expectativas, sin máscaras y sin dramas.

Decidí hacer Terapia Genética Regresiva para encontrar solución a mi tema de ansiedad, insomnio, pesadillas frecuentes, dolor de hombros y un tic que tenía con movimientos involuntarios en mis brazos. Hoy, después de 5 sesiones, siento que muchas cosas han cambiado en mi vida: Los dolores físicos, las pesadillas y los movimientos de las manos desaparecieron; ahora tengo un sueño profundo y sin interrupciones y me siento mucho más segura y confiada en las relaciones con mi familia y con las personas de mi trabajo.

Hice tres sesiones de Terapia Genética Regresiva para sanar dolores físicos que tenía en espalda, cabeza y pelvis. En el proceso, entendí que tenían que ver con preocupaciones, culpas y cargas que yo misma me había puesto desde mi infancia y en mis relaciones de pareja pasadas. La terapia me ayudó a liberarme de pesos, rencores y resentimientos, cerrar ciclos, sanar mis dolores físicos y tener relaciones de pareja más sanas y equilibradas.